Es muy sencillo, necesitarás: un par de tomates maduros y sal gorda. Parte los tomates a la mitad, úntalos en la sal y con fuerza desliza el tomate de arriba abajo en las zonas afectadas. Repite el proceso varias veces y a continuación lava la cara como de costumbre. Una vez que te salgan más puntos, realiza esta misma mascarilla y así sucesivamente.
¡¡¡AVISO!!!: escuece un poco y es importante saber que apretarlos no es bueno para la piel ya que lo único que provoca es dañarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario